lunes, 25 de junio de 2007

ENTRE TORTUGAS Y ESTRELLAS

A las 200 mil tortugas que desovaron
en Oaxaca en cuarto creciente (agosto de 2005)
A mi sobrina, que nació hoy
(25 de junio de 2007)

Sin poseer el mundo
ser abrazado por la vida,
por un efímero recipiente
que se evapora
que se ilumina

Un elemento más y tan minúsculo,
tan enorme como el mundo
deslizándose en latidos
y en alientos

Sin saber por qué
aquí y ahora
todo engrana en un espacio
de misterios recelosos

atisbas un fugaz signo
en la urdimbre de los vientos

De frente al mar desde el silencio
las miras salir por miles entre olas
cargadas del mundo sin esperar nada
y esperando todo: la vida en el ciclo del milagro.

viernes, 22 de junio de 2007


SEQUÍA

Será que los desiertos nos empapan de vacío
será que llegan días huecos y ásperos
como planetas oscuros

Será que los tropiezos y las pérdidas
se enquistan en la piel
como traje que nos ausenta

Pero será también que de pronto
se termina la sequía

De pronto una nube cruza el cielo
y promete la humedad
la incandescencia

Llega, pequeña, llena de presagios
llena de prodigios aún intactos

Será que un día al fin
la sequía queda atrás

se disuelve allá en lo hondo
como una gota ínfima de nube


que sobre la Jacaranda
anuncia primavera.
El objeto del asombro
María Vázquez Valdez
Texto publicado en el número 3 de la revista Íncipit

Recuerdo una época oscura, entonces lo "estético" me abrumó desde las fotografías de Joel-Peter Witkin, en particular una mujer masturbándose con la luna: un cadáver todavía fresco, con el rostro destazado, y amarrada a una luna de su tamaño. Me parecía sublime, aunque reconocía la parte sórdida —y en ciertos aspectos, según yo, ambas cualidades coincidían.

Y luego la pintura casi en simultáneo. Las salas majestuosas del Belvedere en Viena, especialmente las que contienen la dorada obra de Klimt: rostros sublimados, portes enjoyados. Pero a un lado, afuera de los extensos recintos, ya casi en la escalera, los cuadros de Egon Schiele contenían una abrupta revelación de líneas, rostros, sexos rojos, abiertos.

En ese tiempo de oscuridad, las palabras de Lautrèamont también me llevaron a estancias memorables. En las imágenes que guardo de esos infiernos, de pronto alcanzo a vincular —conscientemente no entiendo muy bien por qué— atisbos de un Goya siniestro. Saturno devorando a su hijo, terriblemente hermoso, perturbador.

En El Prado también, apenas a unas salas de ahí, los rostros lánguidos de El Greco, sus cristos y sus ánimas, alcanzan otra hermosura. Y apenas bajando escaleras y corredores, el único cuadro de Rembrandt en ese museo, una Artemisa, titubea con una luz exquisita.

¿Quién decide entre dos obras su cualidad estética —o antiestética? ¿El que sabe más o el que desconoce más? Tal vez el reconocimiento de la belleza —o su reverso— sea sumiso a la ignorancia. Tal vez en un puerto donde no haya referencias, el ojo de quienes miramos alcance la limpieza.

Hablar de antiestética implica, claro, reelaborar lo que creemos conocer como estética. El artista Luis Felipe Noé escribió en 1988 que “lo antiestético es lo que no cae dentro de los supuestos de un determinado orden”. ¿Quién tiene la mirada despojada de vicios para encontrar lo bello en lo espantoso y viceversa? Tal vez sólo un niño tiene la capacidad de ver las cosas sin ese "determinado orden". Tal vez sólo con el rostro nuevo, los ojos nuevos, sin la “resaca de lo vivido” como escribiera Vallejo en “Los Heraldos negros”. Hablar de estética y antiestética es hablar de lo mismo —Mandelstam confesaba: “He llegado a tal punto que, en el oficio de la palabra, sólo aprecio las costras, sólo excrecencias”.

El Dadaísmo pugnaba por esa falta de referencias y de orden. Deshacerse de las costras. Destruir. Schwitters en Hannover, Picabia en París, hicieron lo suyo al amparo del dadaísmo. Una nueva estética, en su momento, surgió de Nietzche, Rimbaud y Münch, por ejemplo. Un expresionismo vivo en la oscuridad y la desesperación, lejos de la comodidad tibia y aprobada.

Pienso en estética y antiestética y la palabra belleza me cae encima. ¿Desde dónde podría invocar una explicación aunque sea absurda? Pero, la verdad, siento precaución al hablar de belleza. Qué difícil hacerlo sin ser irremediablemente cursi, sin traerse una flor a la mano, y hacer una canción para el pesero. Hablar de lo trillado ya deshecho. Necesito también otras palabras, sobre todo si consideramos que los valores estéticos son determinados por los que tienen la voz, a veces sin razón y sin justicia, casi siempre, como todo en este raro y hermoso mundo, como escribiera Cortázar.

Me atengo a cierto latido, una punzada, una respuesta del cuerpo con alguna película de Kieslowski, un cuadro de Remedios Varo o un poema de Pessoa. Recipiente al fin, compuesto de sentidos, recibo lo que me asombra como a una persona que parece acechar en rincones de museos, lugares, amaneceres, palabras, imágenes, como si tuviera vida propia. Y a veces también, se asoma desde sitios oscuros y terribles.

Como a una persona, pues, con frecuencia la miro, la sueño, la beso. Y como muchos, a veces también la someto a juicio, la interrogo, busco en libros un respaldo para justificarla, la opinión de algún experto, ya sabes. Pero la verdad siempre me gana. A veces por knock out, esa persona que me asombra, me derriba.

Una alta soledad en Machu Picchu, el profundo azul del Titikaka, un cenote oculto en una cueva de Yucatán, las arenas largas de Egipto y sus gigantes, los hondos sagrarios de Jerusalén y sus silencios. La recuerdo también una noche en cantos de ballenas grises y en las plegarias místicas de Hildegarda de Bingen.

Y entonces recuerdo a Artaud y a Hölderlin, dos deslumbrados, me sitúo en sus ojos desorbitados y se me olvidan las palabras; qué vergüenza, dijera mi tía, dónde iré a parar. Y la verdad, me importa muy poco si el objeto de mi asombro es considerado estético o antiestético, o al menos, quisiera que no me importara para nada.

En mi experiencia como testigo, ojos y sentidos al descubierto, prefiero la información de primera mano. Prefiero sumergirme en el Mar Muerto y escaldar los párpados, o subir las nieves del Pico de Orizaba en una madrugada azul y congelada. Quitarle la teoría a la cuestión.

La experiencia, así surja de lo externo, se elabora en un sitio allá en lo hondo, a veces en el sueño —generalmente ahí. Si acaso lo válido sería invocar, hacer como que toco lo asombroso, igual que cuando alzo las manos a las estrellas: tan lejos, y en mis ojos.

jueves, 21 de junio de 2007

LOS CAMINOS DE LA CREACIÓN

María Vázquez Valdez

Ponencia presentada en el ciclo de Forámen M Ballet

Octubre, 2006



Quiero empezar con lo que me parece que es el núcleo y epigrama de estos encuentros: “Los que lloran ríen y los que ríen son felices”. Me parece una frase precisa no sólo para enmarcar este programa, sino para aunarla al tema que ocupa a esta mesa: Los caminos de la creación.

Y es que la creación, como la danza, es un flujo, implica un movimiento relacionado con el sentir y el arriesgarse. Si lloras, ríes, y si ríes eres feliz. El arte, la creación, podrían traducirse a una danza en distintos lenguajes donde convergen el fluir, el movimiento.

El universo entero danza, y si tuviéramos que resumir esto en poesía, podríamos acudir a las frases del poeta sufi Rumi: “¡Oh día, levántate… los átomos danzan, las almas, arrebatadas de éxtasis, danzan, la bóveda celeste, a causa de ese Ser, danza. Te diré al oído hacia dónde conduce su danza: todos los átomos que hay en el aire y en el desierto, compréndelo bien, están enamorados como nosotros, y cada uno de ellos, feliz o desdichado, se encuentra deslumbrado por el sol del alma inconmensurable”.

El arte es una danza, una transmutación de energía transformada a través del cuerpo y las herramientas que ese cuerpo escoge, o que lo escogen a él. A veces esa danza tiene su lenguaje en la poesía y la fotografía, y ambos mundos, con sus distintos elementos, implican una danza ya sea de palabras o de luz e imágenes. A veces ambos lenguajes convergen y las imágenes se desdoblan tanto en palabras como en siluetas, y eso es parte también de esa danza.

Hablar de los caminos de la creación nos lleva hacia el impulso creativo, hacia cómo se enciende en ciertos recipientes. Esta discusión filosófica ha transitado generaciones y ámbitos desde hace siglos, y una de las obras que han determinado el rumbo de estas disquisiciones ha sido la de René Descartes, que en el siglo XVI disertó con su Discurso del método, acerca del pensamiento humano.

Descartes escribió ahí: “Jamás presumí que mi espíritu fuera en nada más perfecto que el del común de la gente; aun a menudo deseé tener el pensamiento tan pronto, o la imaginación tan nítida y distinta, o la memoria tan amplia, como algunos otros. Y no sé de otras cualidades que sirvan a la perfección del espíritu, puesto que respecto a la razón, o el sentido, la única cosa que nos hace hombres y nos distingue de las bestias, quiero creer que está entera en cada uno de nosotros”.
[1]

Con todo y las diferencias abismales que pueden separar (y unir) a un Ingrès de un Delacroix, esa única cosa a la que se refiere Descartes está completa, según el filósofo, en cada uno. ¿Pero qué es lo que hacemos con ese territorio, ese destello poético, cómo administramos ese capital humano?

Jean Baudrillard escribió que en “el corazón de esta video cultura siempre hay una pantalla, pero no forzosamente una mirada”. Y esa frase parece resumir gran parte de esa imagen de fuego interno apagado por la chatarra que nos agobia desde el exterior. ¿Qué apaga esa mirada poética? Ahí podríamos preguntarnos con qué alimentamos nuestros ojos, nuestros oídos, nuestros pensamientos.

Lo que creamos tiene una relación directa con lo que nos habita, la creación accede a zonas que superan la conciencia inmediata. En esos terrenos del subconsciente hay palabras sorprendentes, movimientos pulcros, momentos que trascienden los lugares comunes.

Este camino hacia lo profundo de la creación alcanza territorios insospechados en la configuración material cotidiana, hacia grutas que se nos revelan en los sueños, en un lapsus, un dèja vu, una palabra que es encontrada en psicoanálisis como una perla en el fondo del mar.

Ese buceo en las profundidades está vedado de muchas formas en las culturas contemporáneas, con una condena tácita o explícita, por su extrema carga de dinamita que hace peligrar a las sociedades levantadas con los alfileres de la modernidad y de la política manipuladora de algunos grupos. ¿A qué le tenemos miedo? ¿A abrir las compuertas donde aparecen los monstruos que evadimos en la conciencia colectiva con todo su horror y toda su belleza? ¿A quedarnos solos porque esas grutas hacia lo profundo de nosotros mismos nos alejan cada vez más de los otros y de lo que consideramos una vida “normal”, con todo lo absurdo que este concepto puede resultar?

Roland Barthes escribió en Crítica y verdad que: “Si se condena al psicoanálisis no es porque éste piense, sino porque habla; si se pudiera reducirlo a una pura práctica médica e inmovilizar al enfermo (que no lo es) sobre su diván, preocuparía tanto como la acupuntura. Pero el psicoanálisis abarca en su discurso al ser sagrado por antonomasia”.
[2]

A ese ser sagrado, relacionado con esa mirada poética y ese sitio incólume, se refiere también Barthes así: “El intelecto (…) aborda la región desnuda de ‘la experiencia interior’: una misma y única verdad se busca, común a toda habla, ya sea ficticia, poética o discursiva, porque en adelante es la verdad de la palabra misma”.
[3]

Esa región desnuda fue descrita por Georges Bataille en su libro que lleva justamente ese nombre, La experiencia interior: “Cuando un perfume de flor está cargado de reminiscencias, nos demoramos en respirar la flor, en interrogarla, en la angustia del secreto que su dulzura nos entregará dentro de un instante: tal secreto no es más que la presencia interior, silenciosa, insondable y desnuda, que una atención siempre entregada a las palabras (a los objetos) nos hurta”.
[4]

Una presencia interior que sin embargo es neutralizada por infinidad de cosas y circunstancias. ¿Qué es lo que mantiene contaminados esos páramos? ¿Qué nos habita la conciencia? ¿Cómo desenterrar el destello artístico de entre el bagazo de lo construido para convencernos de comprar, actuar, vivir irracionalmente?

Decimos que no hay nada nuevo bajo el sol, que no podremos crear nada nuevo porque todo ya está dicho y elaborado. Se plantean nuevas rutas para el arte, para la poesía, hay quienes dicen que la poesía es un arte que en su naturaleza misma requiere de renovación a partir de su propia muerte, que hay que alcanzar nuevos derroteros.

Quienes se atreven a crear son canales de esta época. Recibimos un contexto que transformamos en la creación y compartimos en el lenguaje del arte. Sí, no hay nada nuevo bajo el sol, y nuestros propios cuerpos son una amalgama de moléculas antiguas que pertenecieron a estrellas milenarias, y como señalan escrituras del budismo tibetano, en la transformación de la materia a través del tiempo inconmensurable, no hay ser al que no hayamos estado unidos de alguna forma.

Pero somos tan antiguos como nuevos, en esta configuración de contextos que nos pertenecen, realidad única que tenemos la posibilidad de digerir, transformar y renovar a través del arte. Y es ahí donde hay que preguntarse hacia dónde vamos, y qué papel jugamos en una serie de circunstancias que nos determinan no sólo como creadores sino como seres humanos. Hasta dónde somos responsables del devenir de esos sucesos.

Los caminos de la creación que podemos generar y transitar están obstaculizados por una serie de tejidos donde nos acechan la manipulación mediática, la falta de libertad de expresión, la imposición de sistemas y formas de vida que favorecen a una élite mundial y a una oligarquía política.

Basta encender la televisión para poner el cerebro en manos de esta manipulación que nos convence de comprar automáticamente, de creer sin justificación, de perder el tiempo. Basta enterarse de que en Rusia matan a una periodista llamada Ana Politovskaia por escribir en contra del régimen de Vladimir Putin, o que en México despiden a Federico Arreola, quien fuera director de Milenio, por publicar un texto acerca de la información oficialista de las cabezas de los principales diarios de México acerca de las elecciones en Tabasco. Basta saber de casos como estos para enfrentar el hecho de que la libertad de expresión es un mito al que se acude en la retórica de los discursos oficiales.

Estas son nuestras circunstancias: un planeta en el que se están derritiendo los polos a causa del calentamiento global, una política mundial encabezada por las medidas genocidas de George W. Bush, guerras cruentas y enfrentamientos como el del territorio palestino, la globalización de lo que comemos y bebemos a favor de unas cuantas trasnacionales y en desmedro de nuestra salud. Y más allá de eso, pero sobre todo, la filigrana de la cultura que consumimos.

Vigilar y vigilarse, transgredir y reconfigurar, cultivar la mirada poética en una danza lúdica, una crítica continua a lo que ingerimos y digerimos en todos los sentidos, y un tomar el riesgo de sentir para llorar, y así poder reír, para no dejar de ser felices.

Quiero terminar con Georges Bataille otra vez en La experiencia interior, y esta descripción que resume pautas de los caminos de la creación, que aunque en compañía, transitamos en las profundidades de rutas solitarias: “A fin de cuentas todo me pone en juego, permanezco suspendido, desnudo, en una soledad definitiva: ante la impenetrable sencillez de lo que es; y, una vez abierto el fondo de los mundos, lo que veo y lo que sé no tiene ya sentido, ni límites, y no me detendré hasta que haya avanzado lo más lejos que pueda”.
[5]

[1] René Descartes, Discurso del método, Losada, Océano, Argentina, 1998, p. 24.
[2] Roland Barthes, Crítica y verdad, Siglo XXI, México, 1989, p. 25.
[3] Ibid, p. 49.
[4] Georges Bataille, La experiencia interior, Taurus, España, 1972, p. 19.
[5] Ibid., p. 229.
CALENTAMIENTO GLOBAL

María Vázquez Valdez

Ponencia presentada en la Cámara de Diputados
9 de abril de 2007
Día de la Tierra

“Nuestro encantador planeta azul, la Tierra, es el único hogar que conocemos. Venus es demasiado caliente, Marte es demasiado frío. Pero la Tierra está en el punto justo, y es un paraíso para los humanos. Fue aquí, al fin y al cabo, donde evolucionamos. Pero nuestro agradable clima puede ser inestable. Estamos perturbando nuestro propio planeta de un modo serio y contradictorio. ¿Existe el peligro de empujar el ambiente de la Tierra hacia el infierno planetario de Venus o la eterna era glacial de Marte? El estudio del clima global, la comparación de la Tierra con otros mundos, son materias que están en sus primeras bases de desarrollo. Son especialidades subvencionadas con escasez y de mala gana. En nuestra ignorancia continuamos el actual estira y afloja, continuamos contaminando la atmósfera y abrillantando el terreno, sin darnos cuenta de que las consecuencias a largo plazo son en su mayor parte desconocidas”.

Estas son algunas palabras del científico Carl Sagan, condensadas en su apasionante libro Cosmos, publicado en los años ochenta. Ya entonces Sagan y muchos otros científicos hablaban de lo urgente de tomar conciencia y aplicar medidas precisas y efectivas para detener el deterioro de nuestro planeta, y las consiguientes catástrofes derivadas de tanto descuido y políticas que van en detrimento de lo que nos rodea y de nuestra misma especie.

Estamos en la cuerda floja. En el último siglo la temperatura promedio del planeta, según la organización no gubernamental Greenpeace (las citas se encuentran completas en el documento original), ha aumentado debido a actividades humanas relacionadas con el uso excesivo del petróleo, gas, carbón, la tala indiscriminada de bosques, prácticas agrícolas dañinas y combustibles fósiles relacionados con la emisión de bióxido de carbono.

El cambio climático ha ocasionado el derretimiento progresivo de los polos, lo cual puede provocar en última instancia un aumento de la temperatura global entre 1.4 y 5.8 grados centígrados y un aumento en el nivel del mar de diez a doce centímetros, y se espera que crezca de nueve a 88 centímetros para 2100.

Según la Organización Mundial de la Salud, el cambio climático es responsable de 160 mil muertes anuales, y esta cifra se duplicará en el 2020 si no se toman medidas drásticas ahora. La elevación de la temperatura ocasionaría olas de calor, inundaciones, huracanes, sequías y fenómenos meteorológicos con graves consecuencias en países como México, debido a su vulnerabilidad en algunas zonas respecto a periodos de sequía prolongados o sucesos extremos. Esto afectaría particularmente a la población que vive en condiciones precarias, es decir que cohabita con problemas de contaminación y carece de alimento y servicios, que en nuestro país conforma un gran porcentaje.

Hace unos días, la Organización de las Naciones Unidas anunció que el cambio climático ha causado fuertes impactos en la naturaleza. Los efectos de este esto, según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC), son ya visibles para los seres humanos. En un informe de este organismo se indica que un aumento en la temperatura de un grado y medio desde 1990 pondría a cerca de un tercio de las especies en peligro de extinción.

Los efectos para nosotros, como comunidades humanas, pueden ser de extrema gravedad, ya que cientos de millones de personas correrían el riesgo de sufrir problemas de acceso al agua. Esto implicaría el derretimiento de los glaciares montañosos y la nieve de otros sitios.

Este informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático se refiere a más de 29 mil cambios naturales, de los cuales se considera que 85% es resultado de este calentamiento global.
El informe indica que los más pobres de los más pobres son los más vulnerables ante estos impactos, claro, esto no es ninguna novedad ni estamos descubriendo el hilo negro, tampoco si hablamos de que en todo este escenario el agua potable es uno de los temas más serios a resolver.

El reporte indica que de elevarse la temperatura de uno a dos grados centígrados, las consecuencias pueden ser:

En países en desarrollo
· Pérdidas en sectores de su economía (agricultura, ganadería, etc.)
· Personas afectadas por el cambio climático (refugiados ambientales)
· Pérdida de ecosistemas o cultivos que son sustento para poblaciones enteras

Seguridad alimentaria
· Daños en la producción de cultivos que reviertan la autosuficiencia agrícola
· Olas de calor que dañen cultivos y ganados de modo irreversible
· En México la superficie de cultivo pasará del 40 al 25% (el área de cultivo de maíz se reducirá una tercera parte)

Escasez de agua
· Disminución drástica en suministro y calidad de agua y sequías en América Latina, el Mediterráneo, el sur de África y el sur de Asia, que afectará a miles de millones de personas
· Daños severos en el 20% de los campos mexicanos que son irrigados por reservas de agua

Inundaciones
· Tormentas que intensificarán los daños generados por inundaciones, en especial en áreas deforestadas o con ecosistemas degradados
· Ciclones tropicales con fuertes lluvias y deslizamientos de tierras, que ya son comunes en Centroamérica y México
· Alrededor de 50% de las costas del Golfo de México y el Caribe son vulnerables y pueden ser cubiertas hasta 40 ó 50 kilómetros tierra adentro
Eventos extremos
· Eventos como huracanes provocarían la pérdida de especies, infraestructura y vidas humanas
Impactos en la salud
· Directos: aumento en enfermedades como dengue, malaria y cólera, particularmente en zonas que carecen de sistemas de refrigeración
· Indirectos: enfermedades y muertes derivados de eventos climáticos extremos, epidemias infecciosas, etc.

Ecosistemas
· Incendios y plagas de insectos que desajustarán ecosistemas
· Destrucción de arrecifes de coral y de otros ecosistemas asociados
· Pérdida de 10% de áreas costeras bajas en el mundo por aumento de nivel del mar y destrucción de poblaciones de aves migratorias
· Daños en el 30 y 40% de las reservas naturales

Grandes cadenas montañosas del mundo, como los Himalayas, los Andes y los Alpes, son reservas naturales de todo el planeta, condensan la lluvia en nieve del invierno, y la liberan gradualmente en verano. Estas reservas están disminuyendo progresivamente, y se cree que el 75% de los glaciares alpinos habrán desaparecido al terminar este siglo. Según el informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático el posible derretimiento de la cobertura de hielo de Groenlandia provocaría un aumento de siete metros en el nivel del mar con consecuencias desastrosas. En México casi 50% de las costas del Golfo de México sufrirían daños importantes.

De todo esto una de las principales consecuencias es el riesgo de inundaciones para las principales ciudades en o cerca de las costas, así como la reducción en la producción agrícola en todo el planeta, particularmente África y gran parte de Sudamérica y Asia, con el consecuente aumento de hambrunas.

Aunque este aumento de la temperatura posiblemente beneficiará regiones como Nueva Zelanda y algunas zonas de Rusia y Norteamérica, generalmente dañaría la producción agrícola en el mundo.

Se cree que hay más del 90% de probabilidades de que las actividades humanas sean las principales responsables del calentamiento observado desde 1950; estas actividades están relacionadas directamente con la emisión de gases.

Carl Sagan explicó todo esto hace más de 25 años de una manera asombrosamente clara: “Las principales fuentes de energía de nuestra actual civilización industrial son los llamados carburantes fósiles. Utilizamos como combustible madera y petróleo, carbón y gas natural, y en el proceso se liberan al aire gases de desecho, principalmente bióxido de carbono. En consecuencia el dióxido de carbono contenido en la Tierra está aumentando de un modo espectacular. La posibilidad de que se dispare el efecto invernadero sugiere que tenemos que ir con cuidado: incluso un aumento de uno o dos grados en la temperatura global podría tener consecuencias catastróficas. Al quemar carbón, petróleo y gasolina, también introducimos ácido sulfúrico en la atmósfera. Ahora mismo nuestra estratósfera posee, al igual que Venus, una neblina considerable de diminutas gotas de ácido sulfúrico. Nuestras grandes ciudades están contaminadas con moléculas nocivas. No comprendemos los efectos que tendrán a largo plazo todas estas actividades. Pero también hemos estado perturbando el clima en el sentido opuesto. Durante cientos de miles de años los seres humanos han estado quemando y talando los bosques, y llevando a los animales domésticos a pastar y a destruir las praderas. La agricultura intensiva, la deforestación industrial de los trópicos y el exceso de pastoreo son hoy desenfrenados”.

Hasta aquí Carl Sagan, citado también del libro Cosmos. Esto lo escribió hace casi tres décadas. Ahora estamos en un momento en el que en una o dos décadas más el colapso climático será irreversible, según apuntan diversos organismos.

Entre las estrategias que deberíamos emprender los ciudadanos, según mi opinión, está el exigir programas de ahorro de energía, desarrollo de energías renovables como la éolica, la solar o la oceánica, y desarrollar trabajos coordinados entre organizaciones, ciudadanos y gobiernos.

Es también urgente informar exhaustivamente acerca de la necesidad de reducir las emisiones de bióxido de carbono, para lograr disminuir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Tomando como referencia el año 1990, según el Protocolo de Kyoto, es necesario reducir las emisiones de bióxido de carbono hasta un 30% al llegar a 2020.

Por lo tanto, es necesario desarrollar el potencial de energías renovables para satisfacer las necesidades energéticas de economías que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero, entre las cuales se encuentra México.

Para los gobiernos el cambio climático es un tema incómodo, sobre todo si hablamos de los principales factores que lo provocan, como es la emisión de gases y su consecuente relación con el petróleo. Para el presunto gobierno actual de México, como muchos otros temas, es una cuestión incómoda sobre todo cuando atañe a PEMEX y la relación con Estados Unidos.

Sabemos también que George W. Bush tiene grandes intereses al respecto; sabemos que la masacre que su gobierno ha perpetrado en Irak está relacionada con el petróleo, y que en nuestro país es una cuestión que ha tratado de manejar, incluso en una reciente visita, sugiriendo que se venda PEMEX.

Las intenciones de Bush están secundadas por políticos que trabajan con él, como el senador republicano James Inhofe, para quien la mayor amenaza de la humanidad son los terroristas islámicos, mientras que el cambio climático, dice, es un tema que los medios han atizado con alarmismo.

Por lo demás, el gobierno de Bush insiste en las bondades de emitir bióxido de carbono, lo cual resulta obvio, me refiero a la insistencia en las bondades, ya que su familia está ligada a los grandes emporios petroleros del mundo.

Las políticas de Estados Unidos para combatir el cambio climático han evadido el trabajo en conjunto con negociaciones internacionales como el Protocolo de Kyoto, y han sido lo suficientemente negativas en materia de emisiones de gases que, si continúan de esta manera, para 2025 el mundo industrializado superará el total de dichas emisiones que podría expedir para provocar un colapso climático. Habría que cuestionar bajo estos parámetros si la mayor amenaza de la humanidad son los terroristas islámicos o el gobierno republicano de George W. Bush.

Somos responsables de lo que está pasando, y esa responsabilidad nos fue explícita en Popol Vuh: “Los primeros hombres creados y formados se llamaron el Brujo de la Risa Fatal, el Brujo de la Noche, el Descuidado y el Brujo Negro… Estaban dotados de inteligencia y consiguieron saber todo lo que hay en el mundo. Cuando miraban, veían al instante todo lo que estaba a su alrededor, y contemplaban sucesivamente el arco del cielo y el rostro redondo de la tierra… Entonces el Creador dijo: Lo saben ya todo… ¿qué vamos a hacer con ellos? Que su vista alcance sólo a lo que está cerca de ellos, que sólo puedan ver una pequeña parte del rostro de la tierra… ¿No son por su naturaleza simples criaturas producto de nuestras manos? ¿Tienen que ser también dioses?”

Vayamos ahora a los medios de comunicación y el tratamiento de temas relacionados con el cambio climático. Hace algunas décadas era una rareza hablar de temas ecológicos, no había quórum, a nadie le interesaba, excepto a unos cuantos militantes de grupos ecologistas. No había difusión, y eran temas que no atañían directamente a las poblaciones de las grandes ciudades.

Entre muchas otras cosas, el documental de Al Gore, La verdad incómoda, ha desatado una creciente ola de datos en diversos medios acerca del tema. La información del documental es alarmante, y esta dosis es directamente proporcional al interés que se muestra en los medios al respecto. Estos datos ya no sólo se integran en planas sobre ecología, sino sobre sociedad y economía.

El riesgo es que nos despertemos pronto con la realidad de que países enteros están desertificados y la consecuente falta de agua y demás tragedias sean una catástrofe a la que estén aunadas enfermedades sin precedente en todo el mundo.

Medios de comunicación en México han dado difusión a noticias asociadas con el cambio climático y con instrumentos de divulgación para el público en general, tanto en el sector público como en el privado. Planas de periódicos, programas de radio, páginas web y revistas han abordado el tema, sin embargo, las soluciones propuestas son más bien esporádicas.

En cuanto a los medios internacionales, podemos mencionar los siguientes, que tienen una cobertura constante de temas relacionados con el cambio climático y que conviene consultar de vez en cuando:
· Ambiente ecológico (revista electrónica con textos sobre temas ambientales)
· BBC Mundo-Cambio climático (sitio de la BBC dedicado al cambio climático y sus impactos)
· Climate Action Network International (red global de 287 organizaciones no gubernamentales que trabajan para promover acciones en materia de cambio climático)
· ClimateArk (servicio especializado de seguimiento a noticias sobre cambio climático, con información actualizada diariamente)
· Crisisenergetica (sitio español con una sección dedicada al cambio climático y su relación con el sector energético)
· ECO The CAN Climate Conference Newsletter (boletín de la red de acción climática, que agrupa a más de 340 organizaciones no gubernamentales dedicadas a temas sobre cambio climático)
· Ecopuerto-Ecopress (resúmenes de informes y noticias ambientales publicados en medios gráficos, que se obtienen mediante búsquedas específicas)
· Environmental News Network-ENN (red de información sobre cuestiones ambientales, con un extenso banco de noticias sobre cambio climático)
· Inter Press Service News Agency (sitio con noticias sectoriales y sobre medio ambiente, con una sección sobre cambio climático actualizada constantemente)
· IISD Linkages (centro de servicios multimedia con cobertura e información sobre negociaciones ambientales internacionales. Tiene un boletín titulado Earth Negotiations Bulletin
· IISD Linkages-Climate Media Reportes (sección de IISD Linkages dedicada a difundir reportes retomados de los medios con información sobre el tema de cambio climático. Contiene archivos que datan de 2002
· Medio Ambiente online (sitio argentino con información general sobre medio ambiente y temas relacionados con cambio climático. Tiene varias secciones, documentos de investigación y noticias relevantes sobre América Latina)
· New Scientist-Reporte sobre Calentamiento Global (revista electrónica con información sobre temas científicos. Contiene noticias sobre el planeta y en particular artículos sobre el cambio climático)
· Planet Ark (colección periódica de artículos sobre medio ambiente de la Agencia Reuters)
· SciDevNet (concentra noticias, artículos de opinión y resúmenes de políticas en torno al tema del cambio climático)
· The Weathervane Archive (foro electrónico de información sobre cambio climático y temas relacionados)
· Tierramérica Medio Ambiente y Desarrollo (servicio especializado de información sobre medio ambiente y desarrollo, producido por la agencia internacional de noticias Inter Press Service, IPS. Es también espacio de debate entre actores sociales de América Latina y el mundo, así como una sección extensa sobre el Protocolo de Kyoto y el cambio climático)
· Tiempo Climate Newswatch (revista semanal con amplio espectro de noticias sobre clima y desarrollo. Tiene ligas a páginas de agencias de noticias que cubren el tema de cambio climático, como la BBC, Newsday y Science Daily)
· Tiempo Climate Cyberlibrary (servicio electrónico de información acerca del cambio climático y temas relacionados)

EL REPORTE STERN
Muchos de estos medios han abordado recientemente el Reporte Stern, que se presentó el 30 de octubre de 2006 en el Reino Unido. El Ministro de Hacienda de ese país, Gordon Brown, pidió a Nicholas Stern que realizara este informe acerca del cambio climático.

La primera mitad del documento es la revisión más extensa sobre los aspectos económicos del cambio climático a nivel mundial. Contiene los riesgos que implicaría un cambio climático fuera de control, y los costos para enfrentarlo. Expone que todos los países del mundo se verán afectados por el cambio climático, pero los más pobres son los que lo sufrirán de peor manera, por supuesto. Las temperaturas aumentarían un promedio de cinco grados centígrados, según el reporte, si no se combate este cambio efectivamente y de inmediato, además de que transformarían la geografía física del planeta, así como la geografía humana, es decir dónde y cómo vivimos.

La segunda mitad del reporte examina los retos de las políticas nacionales e internacionales para virar hacia una economía mundial con menor uso de carbono.

El reporte afirma que el cambio climático es el mayor fracaso comercial que se haya visto, para enfrentarlo se requieren tres tipos de políticas:

· Asignación de precios al carbono a través de su gravación, y de intercambio de emisiones y regulaciones, para constituir un precio mundial del carbono en todos los países y sectores
· Tecnología para estimular el desarrollo y su diseminación en gamas de productos de poco uso de carbono y de eficiencia energética
· Acciones para eliminar las barreras hacia la eficiencia energética, e informar a la gente en general de lo que se puede hacer en respuesta al cambio climático

El informe señala que resulta prioritario promover una comprensión generalizada del cambio climático y sus consecuencias, y enfocar todo ello hacia actitudes y acciones nacionales e internacionales.
Precisa también que es necesario establecer metas de largo plazo construidas en torno a políticas sobre el clima y marcos de cooperación sólidos.
Los marcos internacionales a futuro deben abarcar lo siguiente:

· Intercambio de emisiones
o Expandir el número de esquemas de intercambio en todo el mundo para promover la disminución de emisiones de gases
· Cooperación tecnológica
o Apoyo a la investigación y desarrollo en energía y apoyo para el desarrollo de tecnologías con uso reducido de carbono
o Cooperación internacional en normas de productos
· Reducir la deforestación
o La pérdida de bosques naturales implica emisiones globales superiores a las del sector transporte. Se deben poner en marcha programas piloto para lograrlo
· Adaptación
o La transformación en torno a enfrentar el cambio climático necesita una integración en políticas de desarrollo enfocada a reducir las consecuencias para los países más pobres
o El financiamiento internacional debe apoyar la información regional sobre los impactos del cambio climático, sobre todo centrada en informar sobre las variedades de cultivo más tolerantes a sequías e inundaciones

El informe concluye que sólo actuando de inmediato y en conjunto en el contexto internacional se pueden evitar mayores impactos del cambio climático en el medio ambiente de todo el planeta.

Un énfasis pormenorizado en estos puntos a través de los medios de comunicación, aunado a un tratamiento de información exhaustivo en cuanto a la emisión de gases y estrategias particulares, pueden contribuir a contrarrestar el fenómeno del calentamiento global. Es prioritario que las instancias gubernamentales desarrollen actividades de información que promuevan una conciencia de la gravedad de este problema, en todos los estratos de la población.

Es al gobierno y a sus instancias en todos los ámbitos a quien le corresponde tomar medidas, pero es a nosotros, ciudadanos, a quienes nos corresponde exigir ese derecho.

Voy a concluir como empecé, con Carl Sagan, por si no es obvio a estas alturas que he sido gran fan de sus enseñanzas desde tiempos remotos:

“Hace unos cuantos millones de años, cuando los seres humanos comenzaron a evolucionar en la Tierra, era ya éste un mundo de media edad, a 4,600 millones de años de distancia de las catástrofes e impetuosidades de su juventud. Pero ahora los humanos representamos un factor reciente y quizás decisivo. Nuestra inteligencia y nuestra tecnología nos han dado poder para afectar el clima. ¿Cómo utilizaremos este poder? ¿Estamos dispuestos a tolerar la ignorancia y la complacencia en asuntos que afectan a toda la familia humana? ¿Valoramos por encima del bienestar de la Tierra las ventajas a corto plazo? ¿O pensaremos en escalas mayores de tiempo, preocupándonos por nuestros hijos y por nuestros nietos, intentando comprender y proteger los complejos sistemas que sostienen la vida en nuestro planeta? La Tierra es un mundo minúsculo y frágil. Hay que tratarlo con amor”.

Lo conocido es finito, lo desconocido infinito; desde el punto de vista intelectual estamos en una pequeña isla en medio de un océano ilimitable de inexplicabilidad. Nuestra tarea en cada generación es recuperar algo más de Tierra.

T.H. Huxley, 1887

Al mundo entero –agregó nuestro Padre el Sol--, doy mi luz y mi resplandor, doy calor a los hombres cuando tienen frío; hago que sus campos fructifiquen y que su ganando se multiplique; cada día que paso doy la vuelta al mundo para estar más enterado de las necesidades del hombre y para satisfacer estas necesidades. Seguid mi ejemplo.

Mito inca incluido en los Comentarios reales de Garcilaso de la Vega, 1556

Primer poema último

Estamos solos
sólo nos acompañamos
nos acompañamos solos

Solos estamos
solos nos acompañamos
nos acompañamos sólo


Pero con amor