Elijo la vida
aun cuando el silencio y el ruido insoportable,
los niños hambrientos y los ancianos solos,
los días funestos y las pérdidas
Elijo la vida
aunque la poesía se entierre en sí misma
con miedo y en cautiverio
tan lejos y tan honda
Elijo la vida aunque las paredes no abracen
ni los perros canten
ni el teléfono suene ni calienten las estrellas
Elijo la vida aunque el cielo se ennegrezca,
los árboles caigan como guerreros moribundos
y el océano se deshaga en hemorragias negras de veneno
Porque a pesar de todo la vida es el latido agazapado
de lo simple
grano de arena y astro
un perro y un gato entre mis brazos,
astrolabio y alabastro
Elijo la vida porque la elección no es mía,
soy ya de la muerte, de la muerte en vida y esperando,
de los días idos que aún no he visto
Elijo la vida
elijo la vida mientras tanto.
María Vázquez Valdez
2 comentarios:
Hola María, ¡feliz día! Se te recuerda y con cariño. Un abrazo, David.
Hola, David,
Muchas gracias por acordarte.
Otro abrazo,
María
Publicar un comentario