De ahí alcanzamos la parte más intimidante de Matacanes: los grandes saltos. En el de seis metros nos dieron dos opciones más: ocho y diez. Sólo cinco del grupo optamos por los diez metros.
Pero a ver, expliquémonos: no es que me encante tirarme de las alturas a la menor oportunidad ni que ande buscando azoteas para brincar a lo Matrix, pero pensé que si saltaba diez metros, doce no me serían tan difíciles; además, uno de los compas me había dicho: lánzate, no sabes si volverás. Y entonces ya ni lo pensé, así que me lancé con los otros aventados. El resultado fue un poco doloroso, como se puede deducir de la foto que tomaron de mi avezado clavadito.
Aquí uno de los saltos de Juan Carlos
Qué tal esta caída
Mi caída en un tobogán
3 comentarios:
wow maga ke xvr too lo ke tienz en tu blog, al parecr t gustan laz aventuraz jejeje!!!
t felicito x laz jotoz stan bn padres .. tmb t invito a xekear mi blog ojala ke t gust y no dudes en dejarme comentarios ok!!! bye
bye girl
kisses!!!! muackk¡¡¡¡
sta bn padre toos tus escritoz suert la mia x encontrar tu blog jejeje
bye cdt muxo ok¡¡¡
Hola Jasmym!!
Gracias por tus comentarios.
Qué bueno que te gustó nuestro recorrido por Matacanes. Es un lugar hermoso de verdad.
He tratado de entrar a tu blog pero no he podido, no sé por qué. Ojalá que te des una vuelta por aquí otra vez y me dejes tu dirección.
Besos!!!
M
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